Los efectos del calor en el verano pueden influir en el control de la diabetes siendo necesario prestar especial atención cuando se acercan estas fechas e ir observando posibles cambios para ir tomando medidas en el ajuste de nuestra diabetes. 

¿Cómo gestionar la diabetes cuando hace calor en la diabetes?

Calor y humedad vs. Calor y clima seco

Con la subida de las temperaturas es muy importante mantenerse adecuadamente hidratado para evitar la aparición de deshidratación y su repercusión a distintos niveles incluyendo las cifras de glucosa. 

Cuando hace calor el cuerpo tiende a producir más sudor generando una pérdida extra de agua y electrolitos que debemos reponer. Una de las señales que emplea el cuerpo para alertarnos de esa situación es la sensación de sed. 

La sensación térmica varía si además de una elevada temperatura ambiental, esta se acompaña de humedad: generalmente cuando el clima es seco la sensación térmica es menor, entre otras circunstancias porque el sudor que produce el cuerpo se evapora más fácilmente cuando el calor es seco, y esto ayuda a tener una menor sensación corporal de excesivo calor. Cuando hay mucha humedad en el ambiente, la sensación de calor puede llegar a ser extrema.

Debemos prestar atención a los niveles de azúcar en sangre

En época de calor es importante realizar con frecuencia un control de las cifras de glucosa para observar su tendencia y poder correlacionar los posibles síntomas que puedan presentarse. Por ejemplo, la tendencia a la deshidratación que ocurre con la exposición al calor puede producir síntomas parecidos a los de una hiperglucemia, como pueden ser la sensación de sed, boca seca y mayor o menor sensación de malestar. Es importante correlacionar dichos síntomas con las cifras de glucemia. También hay que prestar atención al hecho de que si presentamos una hiperglucemia que no mejora sin una posible justificación valoremos la posibilidad de que la insulina si ha estado expuesta a altas temperaturas puede haber perdido su efecto: si pensamos que esto puede haber ocurrido, debemos desechar dicha insulina y comenzar un nuevo cartucho/pluma de insulina, asegurando su adecuada temperatura de conservación.

Por otro lado, con el calor se produce mayor vasodilatación de los vasos sanguíneos por lo que la insulina administrada a nivel subcutáneo puede absorberse en mayor medida y con mayor rapidez pudiendo conducir a una hipoglucemia. Algunas personas con diabetes, en temporada de verano y calor pueden observar que deben reducir algo la dosis de insulina que precisan por esta mayor absorción de la misma.

¿Qué hacer para controlar los efectos del calor?

Para controlar los efectos del calor es importante: 

• Asegurar una adecuada hidratación, preferentemente con agua
• Evitar la exposición a altas temperaturas sobre todo en horas centrales del día, optando por realizar actividad y ejercicio físico preferentemente a primera y última hora del día
• Utilizar ropa suelta, de tejido transpirable y color claro
• Utilizar calzado cómodo y que evite el acúmulo de sudor y de roce que pueda producir heridas en los pies.
• Si va a exponerse al sol, es preferible igualmente hacerlo en las horas con menor incidencia del mismo y siempre aplicando protección solar adecuada
• Utilizar sombrero y gafas de sol
• Asegurar mantener los medicamentos, principalmente la insulina y el glucagón a una temperatura ambiente adecuada, evitando las altas temperaturas y la exposición solar directa

Para cualquier duda sobre diabetes, consulte siempre con su profesional sanitario.

Dra. Marian Vélez

Número de colegiada: 282872155

Puesto actual: facultativo especialista en Endocrinología y Nutrición en Fundación Jiménez Díaz, Madrid.