Tabaquismo y diabetes
El tabaco puede llevar a la diabetes tipo 2
Entre los factores prevenibles que aumentan la incidencia de diabetes tipo 2 se encuentra el tabaquismo. Parece guardar relación con los efectos negativos que produce la nicotina en la composición corporal, el desarrollo de una mayor resistencia a la insulina y una peor función a nivel de las células B pancreáticas encargadas de producir insulina. Tanto los fumadores pasivos como activos presentan este riesgo aumentado de presentar diabetes tipo 2. El riesgo aumenta cuantos más cigarrillos se fumen diariamente y termina disminuyendo en exfumadores.
¿Qué pasa si ya tengo diabetes y fumo?
Si ya se tiene diabetes y se fuma, lo mejor que uno puede hacer por sí mismo es dejar de fumar. Al tener diabetes, el riesgo cardiovascular aumenta y con el tabaquismo este continúa aumentando. El daño a nivel arterial empeora y se potencian los efectos de ambas situaciones. En algunas enfermedades como la enfermedad arterial periférica (claudicación intermitente) o la disfunción eréctil el cese tabáquico es muy importante para disminuir los síntomas y probablemente para que no empeore la situación.
Dejar de fumar para siempre y cómo conseguirlo
Cuando se logra dejar de fumar y esto se mantiene a lo largo del tiempo, muchos de los riesgos se ven reducidos por lo que esta puede ser una gran motivación: nunca es tarde para dejar de fumar.
Además de las motivaciones propias de cada uno y del apoyo familiar y del entorno, muchas veces es importante el acompañamiento por un equipo profesional a nivel de Atención Primaria, Psicología, Neumología y Farmacia Comunitaria.
Al dejar de fumar se pueden presentar síntomas por la abstinencia a la nicotina, que conviene conocer: se presentan sobre todo en los primeros 3 días pudiendo persistir durante 3-4 semanas. Puede verse aumentado el apetito, puede haber un aumento de peso y cambios de humor, insomnio, irritabilidad ansiedad y dificultad para concentrarse entre otros. Estos síntomas pueden aliviarse con alguna medicación sustitutiva de la nicotina o con fármacos como el bupropión, siempre que sea indicado por un profesional médico.
Un primer paso para dejar de fumar puede ser el ir reduciendo la cantidad de tabaco diario, intentar dejar de fumar en lugares donde uno pase muchas horas al día (en casa, en el trabajo…) e ir disminuyendo la disponibilidad de tabaco al alcance de cada uno. Contar con un buen apoyo profesional puede ser clave para asesorar individualmente y suponer un buen soporte para mantener el cese tabáquico a lo largo del tiempo evitando recaídas.
Síguenos