La diabetes no solo la vive la persona que la padece sino que también influye en su entorno más cercano. En cualquier etapa de la vida, la diabetes se ve influenciada por la familia, los amigos y el resto de personas allegadas y con las que compartimos el día a día.
En el caso de la diabetes en niños, la familia es la que le enseña el estilo de vida, le da pautas de alimentación, de ejercicio y hábitos saludables y es la que se encarga del manejo integral de la diabetes mientras que los niños van asumiendo gradualmente responsabilidad en su diabetes. Lo mismo ocurre con las personas muy mayores y dependientes cuyo tratamiento de la diabetes muchas veces es supervisado por un familiar o cuidador.
Diabetes: lo que puedes hacer si eres un amigo o familiar
Para gestionar integralmente la diabetes es importante haber recibido una adecuada Educación Diabetológica por parte de los profesionales implicados. En muchas ocasiones, es importante que dicho proceso de formación lo reciba el paciente y algún familiar o persona cercana de su elección. De esta forma, la información se puede asimilar mejor con una buena red de apoyo y los conceptos y dudas pueden estar más asentadas.
La familia y amigos acompañan y es recomendable que ofrezcan su apoyo en el día a día aplicándose hasta el punto que el paciente así lo desee. En este aspecto es importante preguntar a la persona con diabetes y hablar abiertamente acerca del tipo de apoyo que le gustaría que le brindasen, en caso de ser necesario.
Entre las cosas que se pueden hacer destacan las siguientes:
En primer lugar, informarse correctamente sobre la diabetes, aprender algo sobre el porqué de esta enfermedad y la importancia de su control para evitar complicaciones a mediano plazo.
Conocer cuándo se deben revisar los niveles de glucosa y qué cifras se consideran óptimas
Saber identificar los niveles bajos de glucosa, sabiendo cómo actuar correctamente en caso de hipoglucemia.
Ofrecerse para acompañar a las citas médicas en caso de que la persona con diabetes así lo desee
Evitar culpabilizar o cuestionar determinadas decisiones en cuanto a la ingesta de ciertos alimentos o bebidas: hay que recordar que la diabetes es compleja, una enfermedad crónica y las decisiones en torno a la misma son en todo caso personales.
Mostrar apoyo y saber identificar posibles altibajos emocionales de la persona que tiene diabetes: es normal y relativamente frecuente que estas situaciones se presenten a lo largo del tiempo.
En caso de convivir con una persona con diabetes, los hábitos alimentarios y de actividad física pueden unificarse siendo esto beneficioso para ambas partes
Hay que recordar que cada persona vive su diabetes de una forma distinta y que a lo largo del tiempo se pueden pasar por distintas etapas en su relación con la misma. Hay situaciones más difíciles, más complicadas y hay veces en que la aceptación de la enfermedad puede tardar por lo que es importante que siempre demos tiempo y espacio así como transmitir nuestro interés y apoyo.
Síguenos